
¿Qué es la carne cultivada?
La carne cultivada, también conocida como carne basada en células o cultivada en laboratorio, se produce cultivando tejido muscular animal a partir de células en un biorreactor en lugar de a partir de la agricultura animal tradicional. Su objetivo es reproducir el sabor, la textura y la composición nutricional de la carne convencional, eliminando al mismo tiempo la necesidad de criar y sacrificar animales. El concepto de carne cultivada lleva varias décadas en proceso de desarrollo, con importantes avances en biología de células madre e ingeniería de tejidos que contribuyen a su viabilidad actual.
Normalización de la terminología de la carne cultivada
La terminología que rodea a la carne cultivada puede ser confusa debido a diversos términos como "cultivada", "basada en células", "limpia" y "cultivada en laboratorio". Para hacer frente a esta confusión, se están realizando esfuerzos para estandarizar la terminología en toda la industria. El objetivo es ofrecer claridad a los consumidores y promover una comprensión coherente de la carne cultivada y sus métodos de producción.
Cuando se introducen en el mercado productos cárnicos cultivados, las empresas deben etiquetar el envase con términos como "cultivado", "cultivado" o "basado en células" para indicar claramente la naturaleza del alimento. Este etiquetado claro y preciso garantizará que los consumidores sean conscientes antes de tomar decisiones informadas sobre la compra y el consumo. Para obtener una orientación adecuada sobre el etiquetado, las empresas pueden recurrir a la ayuda de Freyr, que ofrece servicios integrales de etiquetado de alimentos y complementos dietéticos.
Pros y contras de la carne cultivada
La carne cultivada tiene un gran potencial para resolver varios problemas acuciantes derivados de la ganadería tradicional. En primer lugar, elimina la necesidad de carne convencional, que contribuye a la crueldad animal, la degradación del medio ambiente y las elevadas emisiones de gases de efecto invernadero. También puede mejorar la seguridad alimentaria al reducir el riesgo de enfermedades transmitidas por los alimentos y prevenir la aparición de enfermedades zoonóticas. Además, la carne cultivada puede producirse sin el uso rutinario de antibióticos, lo que a su vez mitiga el riesgo mundial de resistencia a los antimicrobianos.
Sin embargo, aún quedan muchos retos por superar. Por ejemplo, la escalabilidad y la rentabilidad del proceso de producción de carne cultivada son aspectos críticos que deben mejorarse. Además, reproducir ciertas características de la carne, como el veteado de la grasa y el color, sigue siendo un reto técnico. Resolver estos obstáculos es crucial antes de la adopción generalizada de la carne cultivada.
¿Es sana la carne cultivada?
Uno de los principales objetivos de la carne cultivada es igualar o superar el perfil nutricional de la carne convencional. El entorno controlado en el que se produce la carne cultivada permite una gestión precisa de la composición de la grasa, es decir, aumentar las grasas beneficiosas y reducir las perjudiciales. Sin embargo, aún existen incertidumbres sobre el contenido nutricional de la carne cultivada, sobre todo en lo que respecta a la absorción de micronutrientes. Actualmente se está investigando si la carne cultivada puede proporcionar niveles adecuados de nutrientes esenciales como el hierro y la vitamina B12.
Apoyo pionero de Singapur
Singapur está a la vanguardia del desarrollo de la carne cultivada, ya que Good Meat, una división de la empresa estadounidense de tecnología alimentaria Eat Just, recibió la aprobación reglamentaria de la Agencia Alimentaria de Singapur (SFA) para producir pollo cultivado en laboratorio utilizando medios sin suero. En consonancia con el nombre de la división, Singapur clasifica la "carne buena" como nuevo producto alimentario. Este hito normativo sitúa a Singapur como pionero en este campo, superando tanto a Estados Unidos como a Europa. La aprobación es, de hecho, un avance significativo para Good Meat, que le permite aumentar la producción, reducir costes y ofrecer productos realmente libres de sacrificio.
El enfoque proactivo de Singapur en materia de seguridad alimentaria, impulsado por la limitación de tierras y recursos, ha acelerado el desarrollo de la normativa sobre carne cultivada. El objetivo "30 para 30" de la SFA pretende producir localmente el 30% de las necesidades nutricionales de la nación para 2030, y el apoyo normativo a la carne cultivada desempeña un papel vital en la consecución de este objetivo.
La SFA realizará inspecciones y muestreos para garantizar que los productos cárnicos cultivados cumplen las normas reglamentarias necesarias, al igual que otros productos alimentarios. La carne fermentada es una alternativa innovadora a la carne convencional y, como nuevo alimento, su seguridad debe ser evaluada antes de que pueda ser aprobada para el consumo humano, a diferencia de los productos de imitación de carne de origen vegetal que ya están establecidos en nuestras dietas.
A medida que aumenta la preocupación por las emisiones de gases de efecto invernadero y el consumo de carne, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) prevé un aumento del 70% en el consumo de carne para 2050. El objetivo de las empresas de carne cultivada es atender a una base de consumidores atentos mediante reclamos sostenibles y productos que se parezcan mucho a la carne tradicional en sabor, textura y aspecto.
La carne cultivada podría ser una respuesta a la degradación del medio ambiente, las preocupaciones por el bienestar animal y los problemas de seguridad alimentaria que plantea la producción convencional de carne. Aunque hay obstáculos que superar, los progresos realizados hasta la fecha son prometedores. A medida que la industria evoluciona y perfecciona sus métodos de producción, podemos admitir sin temor a equivocarnos que la carne cultivada tiene el poder de transformar nuestro sistema alimentario, proporcionando una alternativa sostenible y ética a la carne de origen tradicional. Buscar la orientación de un socio regulador como Freyr puede ser beneficioso, ya que facilita la entrada sin problemas de los productos alimentarios en el mercado a escala mundial. Nuestros expertos tienen un profundo conocimiento de los requisitos de cumplimiento en el mercado de alimentos y suplementos dietéticos y pueden proporcionarle apoyo de principio a fin.