
Desde el 1 de julio de 2020, Australia prohíbe la experimentación de cosméticos en animales. Esto significa que los ingredientes que se utilicen en los cosméticos (ya sean importados o fabricados en Australia) no podrán utilizar información obtenida de ensayos con animales para demostrar la seguridad de los productos.
La nueva actualización del Ministerio de Sanidad australiano se alinea con la de la Unión Europea (UE), que ha adoptado un enfoque similar para proteger la salud pública y la seguridad de los trabajadores. La nueva actualización también anima a obtener información a partir de otros métodos en lugar de depender de los ensayos con animales.
Desde la elaboración de una legislación para garantizar que los cambios en el código ético sobre animales se apliquen correctamente en todos los gobiernos estatales y territoriales, hasta la creación de un grupo consultivo para estudiar los aspectos de los ensayos con animales en los primeros 12 meses de funcionamiento, el DoH Australia está utilizando diversos mecanismos para aplicar la prohibición de los ensayos con animales.
También ha esbozado algunas excepciones en la normativa sobre productos químicos industriales. Si no existen métodos alternativos para evaluar el riesgo, la normativa permite que los datos de los ensayos con animales se consideren practicados por la UE.
Aunque hay muchas perspectivas relacionadas con esta prohibición de los datos de ensayos con animales, es aconsejable que los fabricantes de cosméticos/productos químicos tengan en cuenta la consulta reglamentaria para cumplirla con éxito.